29 de mayo de 2006

Intolerante relación de Sancho con la prensa independiente.

No es ninguna novedad para los santacruceños , principalmente para quienes trabajan en medios de comunicación, que el Gobierno Provincial exhiba el uso mas articulado y agresivo de publicidad con fines políticos e incurra en distintos abusos contra la libertad de prensa.
Estos actos deberían ser investigados por los aberrantes casos de censura ejercida contra los medios de comunicación y los mecanismos que utiliza para la asignación de las pautas publicitarias a los medios que son obsecuentes con su política.
Entre los ejemplos mas evidentes figura el retiro de publicidad oficial al diario Tiempo Sur de Río Gallegos por no aceptar un apriete directo del vicegobernador en ejercicio para levantar un programa de radio con gran audiencia en la capital santacruceña.
Al mismo tiempo que retiró la pauta publicitaria al Diario Tiempo Sur el gobierno santacruceño aumentó la pauta al Diario La Opinión Austral a quien hacía poco más de un mes le había aplicado el mismo sistema (apriete y quita de publicidad ).
Los propietarios de este medio La Opinión y LU 12 luego de más de un mes sin publicidad decidieron dejarse avasallar por el gobierno y levantaron el programa Séptimo Día – tal cual lo pedía el ejecutivo - y de este modo recuperaron la pauta oficial al costo de vender definitivamente su credibilidad.
Algo similar ocurrió con la mayoría de las emisoras de FM - casi 36 - que hay en la capital santacruceña y que en su gran mayoría son afines al gobierno de turno y como premio, son sostenidos económicamente mientras permanecen mudos y complacientes ante la escandalosa corrupción política que tiene lugar en la provincia.
Del mismo modo se manejan una importante cantidad de medios subsidiados por el gobierno santacruceño en toda la provincia con fondos del Estado.
Estos medios oficialistas son mantenidos económicamente a través de costosas campañas publicitarias destinadas a instalar en la opinión pública únicamente su versión, manteniendo su repugnante costumbre de reprimir a la opinión de quienes los critican y enojarse con quienes no endulzan sus oídos publicando o difundiendo solo lo que quieren oír, bajo los sones despreciables del coro de alcahuetes a sueldo, por supuesto, pagados con dineros públicos.
El gobierno de esta provincia, no solo subsidia a medios que están legalmente autorizados, sino también a medios ilegales como es el caso de varias radios clandestinas, sin autorización del Comité Federal de Radiodifusión, desperdigadas por toda la provincia.
Estas radios comúnmente denominadas “truchas” son beneficiadas y mantenidas con importantes sumas de dinero de todos los santacruceños para que difundan permanentemente las “bondades” de la actual administración a través de obsecuentes entrevistas a funcionarios provinciales o de cada localidad .
Es imposible imaginar otro contexto en un sistema vertical del tenor del sanchismo donde todos los medios beneficiados rinden pleitesía a su jefe supremo y la despreciable actitud del gobernador y sus funcionarios hacia la prensa que no responde a sus intereses no es otra cosa que un patético mecanismo de defensa ante sus propias debilidades.
Ojalá algún día, los periodistas y los medios de la provincia que no gozan de la simpatía de este gobierno, podamos trabajar con libertad y respeto sin sufrir todo el tiempo la intolerancia y la discriminación de los funcionarios.
Esperamos que algún día exista la equidad en la distribución de los fondos públicos y en el manejo de la publicidad oficial.
Por ahora, son solo expresiones de deseo, la libertad de prensa, la independencia, los derechos y las garantías no existen en la provincia de Santa Cruz.
Solo recemos, para que Sancho no llegue a ser reelecto.