El Circo Katrazca: Como destruir a la izquierda peronista
Desde que Néstor Kirchner asumiera la presidencia en 2003, de la mano de Eduardo Duhalde y tras la retirada de Carlos Menem de la segunda vuelta, la estrategia de acumulación llevada adelante ha quedado clara.
Kirchner se pone, en un plano, como emergente de la crisis de legitimidad política que resquebrajara al país en diciembre de 2001, con De la Rúa huyendo en helicóptero: se dice “lo nuevo”, o lo más nuevo de lo viejo. Esta discusión es irrelevante porque en definitiva, por viejo no se es malo, y Francisco de Narváez por “nuevo” no implica bueno.
En los breves días de Adolfo Rodríguez Saá como presidente, antes del golpe interno que le provocara el duhaldismo resentido por no haber podido ganarle a la Alianza (¿dónde estaba el famoso aparato?) en las presidenciales de 1999, el puntano apenas alcanzó a lanzar tres directrices políticas: declaró el cese del pago de la deuda externa, comunicó que los represores con pedido de extradición serían entregado a las Justicias que lo requerían (por lo que Astiz estuvo a pocas horas de ser enviado a Francia, confirmado por el Dr. Zuppi, abogado encargado de llevar adelante las causas de extradición) e intentó articular a la CGT de Moyano (en aquel momento CGT “Disidente”) con sectores piqueteros que pretendía incorporar a la mesa de discusión, dándoles entidad como sector social al que debía dejarse de excluir. Ante el temor de seguir apareciendo como marioneta de Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner inició un torbellino de políticas sobre los ejes de los Derechos Humanos y llevar ante la Justicia a los represores, el no pago y renegociación de la deuda externa con un enfrentamiento dialéctico con el Fondo Monetario Internacional, se alió con la CGT de Hugo Moyano y además incorporó a sectores piqueteros, fundamentalmente al mayor, encabezado por Luis D’Elía, bajo el ala de la Casa Rosada. ¿Las similitudes son casuales?
La política de Derechos Humanos, tal vez el punto más fuerte del trienio kirchnerista, le sirvió para obtener la adhesión de los sectores medios, el medio pelo “progre” y la militancia: ¿quién se puede oponer a que se haga justicia contra quienes desataron la barbarie con el Terrorismo de Estado? La derecha, únicamente.
Sobre este punto cabe resaltar el gesto hipócrita de Néstor Kirchner, no como una política concebida por los principios que decía no pensaba dejar en la puerta de la Casa de Gobierno, sino la manipulación de esto: durante su reinado como gobernador de la provincia de Santa Cruz, jamás hubo en esa provincia una secretaría o departamento gubernamental dedicado a los Derechos Humanos. Recién fue creado por el actual gobernador santacruceño tras la renuncia forzada de Sergio Acevedo a la gobernación a raíz del conflicto laboral de Las Heras. En síntesis: en interés de Kirchner por los DD.HH. se despertó cuando entró a la Casa Rosada. Esto más que un principio fue una necesidad para obtener un respaldo que electoralmente no tenía, y menos en poder que retenía el duhaldismo hoy extinto en sus manos.
También con esto, y gracias a la torpeza de la derecha idiota, nació el mito del “Kirchner montonero”, que hábilmente supo manipular desde los medios. Néstor Kirchner militó junto a su mujer en el FURN platense, adherente de la Juventud Peronista. Y punto. Apenas comenzó a nublarse el escenario, los tortolitos patagónicos se replegaron a Santa Cruz para ejercer la abogacía y comprar propiedades para incrementar un patrimonio a utilizar de cara a una futura carrera política.
El “montonerismo” de Kirchner fue manejado por él en persona majestuosamente para quedarse ubicado a la izquierda de todos. “¿Se viene el zurdaje?” le pregunto Mirtha Legrand a poco de asumir a la pareja presidencia. Era lo que más quería Kirchner, más allá de desmentirlo. A esta ensalada le sumó una serie de ex militantes de la JP y Montoneros con pequeños cargos, y no tanto, en el Gobierno y el plato estuvo servido. Ya no hacía falta refregar su amistad con Domingo Cavallo y demás perlitas de los ’90 que dijo, venir a sepultar, ¿quién se pararía a la izquierda? ¿Macri? ¿Carrió? ¿Duhalde? ¿Sobisch? No cuenta la Organización No Gubernamental encabezada por Raúl Alfonsín, conocida como UCR.
Kirchner se dedicó a patear al cadáver de las Fuerzas Armadas tras un justo motivo, los Derechos Humanos y los delitos cometidos por estos. Jamás se reivindicó montonero ni siquiera peronista combativo. Pero tampoco lo niega. Que La Nación y los medios de la ultraderecha se dediquen a tildarlo de montonero y de haber formado un gobierno de guerrilleros es el juego más conveniente, en definitiva, de cara a la sociedad queda como un hombre “progre” totalmente despegado de la centroderecha que lo precedió, más allá que la política de concentración económica no varió sensiblemente desde Martínez de Hoz a la fecha. Sería una idiotez, propia del trostkismo idiota decir que Kirchner es lo mismo que Videla, como hicieran estos el pasado 24 de marzo en el acto de conmemoración de los 30 años del Golpe de 1976 (por lo que esa izquierda idiota juega su rol funcional). No es lo mismo. Pero tampoco cambiaron tanto las cosas, de hecho Felisa Miceli fue funcionaria del Ministerio de Economía, no con cargo administrativo sino ejecutivo, entre 1976-1979...bajo las órdenes de Martínez de Hoz.
Las reivindicaciones políticas sobre los DD.HH. están fuera de discusión, como así los gestos hacia los organismos como Madres y Abuelas, y levantar al Gral. Valle quien intentó una insurrección contra la dictadura de Aramburu. Lo que hay que ver es como Kirchner manipula esto. Toda crítica, provenga del sector que la arroje, lo ubica a Kirchner cada vez más a al izquierda. De todos modos, cuando se sienta a planificar la “nueva burguesía” que quiere refundar, con Roggio, Rocca, Pescarmona y el resto de la banda que se benefició con la Dictadura y con las deudas “socializadas” entre los argentinos por obra y magia de Domingo Felipe Cavallo en 1982, cuando el hombre de Rockefeller era funcionario de las botas militares. En definitiva, el peronismo está herido de muerte, al menos en gran parte. “El peronismo será revolucionario o no será nada”, dijo Evita. Lo que no pudo la Libertadora con la proscripción, ni la Dictadura con las desapariciones, luego de Menem, ¿Cómo hace un peronista para reivindicarse peronista? Casi imposible. Cuando pase el huracán K, ¿cómo hará un peronista revolucionario para reivindicarse como tal luego que un falsamente montonero haya pasado por el Gobierno como Kirchner?
Los movimientos culturales no son casuales. Desde hace tres años hubo un reverdecer de publicaciones sobre Montoneros. Pero ¿qué se publica? Según se lee entre líneas del libro de la periodista Grabiela Saidón sobre Norma Arrostito, emblema montonero, ésta más que revolucionaria era la atorranta que tras “enviudar” de Fernando Abal Medina, se enfiestaba con Firmenich, Galimberti, e inclusive le da aire a un amorío con un marino de la ESMA, payasada lanzada por la derecha desde hace décadas. El INCAA subvenciona películas como “La vida por Perón”, donde una célula montonera quería robarse el cuerpo de Perón tras su funeral, o la recientemente lanzada “Crónicas de una fuga”, altamente publicitada, en la que un montonero delató a otras personas que ni eran militantes para salvar a sus compañeros, cosa que no deja de ser verosímil, pero casualmente evitan contar historias heroicas como la de Tucho Valenzuela que salió de la ESMA para salvar a la estructura, quedando de común acuerdo su mujer e hijo en manos de Massera.
Estas cosas son las que jóvenes dentro de años, cuando quieran conocer qué pasó en los ’70 y Montoneros, podrán acceder. Así escriben la historia los hasta hoy vencedores, con un bastardeo que ni siquiera lograron los militares.
Así se maneja el montonerismo kirchnerista con el supuesto “setentismo” que infiltró el poder. El otro eje con el cuál Kirchner logró una alta acumulación de apoyo político-social fue su “ultracombatividad” contral el Fondo Monetario Internacional. Desde que asumió suspendió el pago de la deuda externa hasta en tanto no se produzca una renegociación de los bonos en manos de fondos buitres. El Fondo apretaba y el Gobierno se encargó de que el tema de la deuda se instale en todos los estamentos de la sociedad como nunca antes. Talleres, debates abiertos, documentales y expositores mostraban a diario cuán fraudulenta era la deuda. Inclusive Kirchner amenazó con movilizar al pueblo a Plaza de Mayo si era presionado, y se llegó a una expectativa popular por recuperar la calle y movilizarse como hacía tiempo.
Lo único que pasó por el tiempo fue un manejo mediático psicológico en el cual, en un año y medio, de exacerbar al pueblo en contra del FMI, el mismo se ponga “contento” porque Kirchner desembolzó 12.000 millones de dólares al FMI para cancelar la deuda con el organismo, paso que seguirá con el Banco Mundial.
No quiere decir que la renegociación de la deuda fuera mala, ni que la cancelación de las “obligaciones” con el FMI sea una política incorrecta. Al contrario, es un paso hacia la independencia, sólo sí a partir de este paso se toman políticas correctas hacia la redistribución, porque pagar para que todo siga igual, como hasta ahora, poco dice y poco influye, salvo que el Estado gastó 12.000 millones de dólares en una deuda fraudulenta, a un organismo en crisis financiera (gran casualidad), y que ese monto equivalía a la nacionalización de los recursos petrolíferos, dentro de los cuales se encuentran los pozos de Fondo de La Lata con reservas por 40.000 millones de dólares. En definitiva, un país destrozado como Bolivia, el más pobre de Sudamérica, con un cambio de modelo político con la llegada de Evo Morales a la presidencia, nacionalizó los recursos gasíferos para dolor de cabeza de Repsol y los famosos "mercados", por lo que ya hoy Argentina, "libre del yugo del FMI" es el único país del continente que tiene sus recursos de hidrocarburos en manos privadas.
Así de montonero y revolucionario es el kirchnerismo, que llegó a hacer un corte transversal en la política de la mano de alianzas con Barrionuevo, Otacehe, Ischii, Curto, Insfrán, Cavallieri, Rovira, Graciela Camañao, Sadi, y siguen las firmas tamaño letra de edicto judicial. Por no hablar de la competencia de la impresentabilidad de Los Fernández: Alberto (cavallista) y Aníbal (duhaldista converso).
El marketing del “progresismo” llevado adelante por el kirchnerismo funciona a la perfección en muchos ámbitos, y especialmente saben jugar las piezas a la hora de desmovilizar a la militancia y a sectores medianamente politizados.
Enarbolando las banderas de la reorganización popular, el Gobierno construye la pirámide desde la punta, montando organizaciones adictas para destrozar a otras organizaciones populares con la zanahoria de los recursos del Estado y cargos en el mismo.
Por un lado, Desarrollo Social, con el presupuesto más grande, cosa que no está mal ya que la urgencia hacia los más necesitados no tiene tiempo de espera. La cuestión es el uso de los mismos. El “kirchnerismo concentrado” se puede ver como Nadalich es una foto de cartón en cada spot publicitario del organismo, y se ve a la senadora Alicia Kirchner entregando subsidio...como si siguiera siendo ministra.
Desde allí se articula la caja para la organización del Movimiento Evita, una licuadora surgida de la cabeza de Aníbal Fernández y Alicia Kirchner con la cual fueron comprando voluntades de militantes a través de la caja del Estado: las organizaciones políticas con trabajo social que no se incorporan, sufren el cierre de “la canilla” y se encuentran entre la espada y la pared: o mantienen los principios políticos que las guían y dejan ponerse el billete en el portaligas. Y así despedazaron a decenas de organizaciones militantes, dispersándolas en el Estado y bajando un discurso de movilización popular que no pretende Kirchner en absoluto. El fin es mantener a los marginados con apenas un grado de fiebre, de ser posible, y cerrar los canales catalizadores de las broncas populares.
Pomposas apariciones del propio Kirchner para anunciar el lanzamiento de la construcción de viviendas, como en La Matanza, donde el presupuesto para miles de vivienda se tradujo en decenas. ¿Será la inflación que se comió todo el dinero y apenas alcanzó para un puñado de casas?
El Movimiento Evita firma convenios para la fabricación de 200.000 guardapolvos en....mayo, dos meses después de que empezaran las clases. Una de dos: o hay ineptitud para hacerlo a tiempo o se evitó hacerlo en el verano, para que los chicos cadenciados tengan su delantal blanco en el inicio de las clases, o justamente el verano no es un buen momento para publicitar esto con tanta gente de vacaciones. ¿No era que los únicos privilegiados son los niños?
No hace falta hablar demasiado de Julio De Vido y la fabulosa caja que tiene para infraestructura, que a tres años de gestión no se conoce el más mínimo desarrollo incipiente de un polo productivo, salvo la entrega de Hipasam a los chinos que ya exportaron 2.000 millones de dólares en hierro a China, de la hasta entonces abandonada mina de Sierra Grande.
En todo caso, cierta reactivación industrial de relevancia no es una política pura del gobierno argentino sino de Venezuela, que puso en marcha a varios astilleros, el más importante Astilleros Río Santiago, auténtica fuente de trabajo.
Con la izquierda funcional, la izquierda boba, el Gobierno no tiene problemas en seguir manteniéndolos financieramente. ¿Qué mejor contrincante que el Partido Obrero de Altamira y Pitrola haciendo el ridículo en la calle y celebrando con el macrismo el derrocamiento de Aníbal Ibarra?
“ Este es el año de la redistribución de la riqueza ” anunciaron los “transversales”. El asunto es hacia dónde se conforma esta redistribución ya que se suponía que con la erogación al FMI, el Banco Central no debería comprar dólares y se enfriaría la inflación, cosa que no pasó, como tampoco se logró una canasta básica seria a precio estable, más allá de la retórica presidencial contra la Sociedad Rural. Las medidas aplicadas al agro son por igual ineficaces porque no son en absoluto equitativas: el palo es igual para los miembros estancieros de la Sociedad Rural que para un pequeño chacarero, con la diferencia es que la oligarquía vacuna puede soportar los enfrentamientos, y para el pequeño productor las políticas restrictivas terminan siendo un mazazo. Y al final de cuentas, se termina reabriendo la exportación de los cortes caros que justamente producen...los grandes terratenientes.
En un país agroexportador como la Argentina, una política agraria dirigida desde el Estado es imprescindible, pero sigue estando al libre albedrío: cada quién produce lo que quiere en vez de establecerse metas de tipos y cantidades de producción para aprovechar la favorable coyuntura internacional. Ni hablar de penalizar a las cientas de miles de hectáreas en estado ocioso en manos de terratenientes, como efectivamente se hizo en 1973 bajo el gobierno de Cámpora. Un país en serio, se conduce, no se pronuncia.
Y la otra medida “novedosa” del Gobierno para subir los salarios es hacerlo por decreto, manejo que en realidad inició Eduardo Duhalde durante su interregno tras voltear a Rodríguez Saá.
En la mesa de diálogo para repartir al torta se sientan los banqueros...que siguen dando créditos blandos a las grandes corporaciones mientras que al común de la poca gente que tiene acceso al mercado crediticio las tasas de interés siguen siendo más usurarias de lo que podía exagerar Shakespeare con su Mercader de Venecia. Y las tarjetas de crédito en la Argentina siguen teniendo ganancias superextrarordinarias como en los ’90 en comparación con el resto del mundo, como los monopolios telefónicos que ni se quejan de las tarifas. Cuando al Gobierno se le reclaman desde los “medios opositores” políticas de Estado, exponen primero el desempeño de Desarrollo Social, el de Infraestructura ¿?, el de Salud y a también Educación.
Sobre estos dos últimos, el que más se destaca es el de Salud, encabezado por Ginés González García, que hizo de la cartera un ministerio mucho más activo que lo visto en las gestiones anteriores. Ahora bien, no deja de llamar la atención que el Ministerio de Salud, ante el fantasma de la gripe aviar, comprara 8.000.000 de vacunas cuando la Argentina, según la Organización Mundial de la Salud, está fuera de la zona de riesgo, y más extraño aún que dichas vacunas, además de exageradas, el propio laboratorio dijera que no son efectivas en absoluto. Y con semejante superávit estatal, los hospitales públicos siguen en un estado ruinoso, y sobre la construcción de nuevos, ni hablar. O mejor, hablar con De Vido. Daniel Filmus pareciera haber estado dos años sentado jugando al solitario en una computadora, hasta que ahora pueden argumentar el relanzamiento de la Educación Técnica, barrida por el menemismo-duhaldismo.
Las escuelas técnicas fueron concebidas por Perón en los albores del Primer Plan Quinquenal para que saliera mano de obra calificada de cara a un proyecto de país con basamento en la producción industrial. Ahora Kirchner-Filmus hicieron huracanes con la recuperación de esta bandera, y la reestructuración de la Educación al modelo previo al desastre menemista de descentralización.
Pero todavía se sigue esperando un proyecto educativo nacional, dónde el material de estudio sea igual en toda la Argentina, igual para todos los argentinos (obviamente con las adaptaciones pertinentes a cada ámbito regional). Y para esto lo que hace falta es sentar a cada uno de los gobernadores y presentar un proyecto de Ley para que la Educación sea una cuestión de Estado por encima de cualquier coyuntura, con recursos para el contenido y no dilapidados en escuelas cáscara que se caen a los dos años, mientras que los viejos establecimientos son emparchados con enduído.
En cambio, entre Filmus y Oporto tejieron la compra de dos millones de computadoras inservibles al MIT (Massachusset Institute of Technology) que valen 100 dólares pero por “extrañas razones”, Argentina pagaría 215 dólares por unidad.
Y así “El Tío” Kirchner, como dicen los neokirchneristas, aludiendo a que “es el nuevo Cámpora”, como se escucha en la Casa Rosada (también Kirchner dijo ante varios testigos que por el pago de la deuda deberían colgar su cuadro junto al del libertador San Martín) avanza en su hegemonismo.
Pero Noticias vuelva sus esfuerzos para investigar si Néstor Kirchner y Cristina K están divorciados o no. Periodismo puro, de pura distracción y payasada. Los cuestionamientos sobre las pretenciones hegemónicas de Kirchner no son más que tilinguería ridícula. Todo político busca ser hegemónico y es la naturaleza de cualquier dirigente para llevar adelante su proyecto. Uno de los más críticos sobre esto es Raúl Alfonsín, olvidándose que él mismo pretendió lanzar el “Tercer Movimiento Histórico”, abortada por la tradicional inoperancia radical.
Kirchner puede avanzar por la virtud excepcional en el manejo de la agenda política, un puñado de aciertos, y por la imbecilidad de una dirigencia política que todavía no aprendió a usar el mecano y pretenden armar alternativas. Por eso el Gobierno elige al enemigo, al menos en lo diálectico, y privilegia a Macri como opositor porque el espacio de centroderecha conformado en el PRO tiene menos proyección nacional que Susana Jiménez en la ONU. De paso, la concesión de la construcción de la autopista Rosario-Córdoba el Gobierno se la da al Grupo Macri.
El ARI de Elisa Carrió, facción disidente del radicalismo, critica el hegemonismo kirchnerista pero el papel de Carrió hacia su construcción es tanto o más vertical que el que pudo haber en las SS.
Y así queda un mapa con Kirchner para rato. El peronismo sólo pudo ser destruido desde adentro, lo que no pudo la represión iniciada en 1955 y continuada con la depredación dictatorial de 1976-1983, lo pudo Menem. Y lo que queda del peronismo revolucionario lo trata de reventar Kirchner, y esa batalla se sigue librando subterráneamente, mientras en la superficie, a falta de pan, vivimos en un circo.