Argentina: de República a "demoKKcracia"
En la noche del pasado 22 de febrero, la cámara de diputados de la Nación sancionó una ley modificando la composición del Consejo de la Magistratura. Aprobó sin variantes el proyecto impulsado por la esposa legal -doña K-, del titular del ejecutivo nacional -don K-. Horas antes había asumido como subsecretario de tierras para el hábitat social (sic), Luis D’Elía, el honorable destructor de comisarías.
Ese mismo día terminó de morir la agonizante República, habitada por los argentinos y demás deudos... En efecto:
Nuestra Constitución Nacional, sancionada en 1.853, estableció un régimen de gobierno republicano. Tal tipo de gobierno implica necesariamente, la división del poder estatal en tres funciones independientes: ejecutivo, legislativo y judicial; con un delicado equilibrio entre las mismas. Al punto, que en su art. 29, nuestra Carta Magna establece que "El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional… facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna…".
Con la ley mencionada, en la Argentina -ex República-, ya no queda división ni equilibrio de poderes, pues el ejecutivo nacional usurpó la suma del poder público, y la vida y las fortunas de los argentinos están a su merced. Pruebas al canto.
El congreso de la nación es un breve apéndice -lombotito, dicho en cordobés-, del ejecutivo; al que obedece con untuosa genuflexión. A días de asumir, don K quiso sustituir la mediáticamente denominada "mayoría automática" de la Corte Suprema, por "su" propia Korte Sumisa. De su mano ingresaron al Tribunal el efebo Zaffaroni y la vestal Argibay, bien que algo venidos a menos por su longevidad…
A fines de 2004, ese parlamento sancionó la ley 25.990, que modificó los cómputos de los plazos de prescripción de los juicios penales. Destaco que la causa n° 6662/04, iniciada en el Juzgado Federal en lo Penal Económico n° 7 de Buenos Aires. Allí se investigó el manejo de don K, de los 625 millones de dólares de regalías, pertenecientes a la provincia de Santa Cruz. En dicho juicio se probó, que u$s 290.000.000 fueron invertidos en 1993, en la compra de acciones de YPF, a u$s 19 cada una de ellas. Dichas acciones fueron vendidas en la Bolsa de Nueva York, en el año 1.999, a u$s 44,74 cada una. Esto suma u$s 682.873.367 por la venta de las acciones de Repsol-YPF, más u$s 335.000.000 del sobrante de regalías. O sea más de mil millones de dólares, sólo de capital, al año 1999. Curiosamente, el 30 de junio de 2.004, la Legislatura de Santa Cruz informó en el expediente, que al 31.12.03, de todo ese dinero, sólo quedaban u$s 507.420.707,21 en plazos fijos, y u$s 27.043.000 en bonos y cupones. Es decir que don K y/o su sucesor hicieron desaparecer mágicamente, más de 500 millones de dólares del pueblo de Santa Cruz.
Sugestivamente, promulgada por don K la ley 25.990, la causa fue remitida al Juzgado Federal de dicha provincia patagónica, donde fue inmediatamente archivada. La justicia K es muy bella… para don K.
A fines del año pasado, cuando ya se conocía el proyecto de adelantar el pago de casi u$s 10.000 millones al FMI, el parlamento "que supimos conseguir", le otorgó "superpoderes" a don K, para que usara la ley de presupuesto, según su real gana. Con el dinero robado a los jubilados argentinos, por graciosa merced de la Korte Sumisa, don K le pagó por adelantado el 100% de la deuda a un exultante Fondo.
Las mayores estafas financieras estatales al pueblo argentino, denominadas "corralito", "corralón" y "pesificación", fueron decididas principescamente por Duhalde, ratificadas por el congreso, y reafirmadas por la Korte Sumisa, en contra de todos los fallos de todo el país, que habían declarado inconstitucionales esos fraudes. ¿Será esto la "suma del poder público", por el que las fortunas de los argentinos están en manos de don K?. Y si le sumamos la promoción del crimen del aborto, por el ministro sanitario nacional, también la vida de los argentinos, está a merced del mismo personaje.
Con la reforma del Consejo de la Magistratura, don K tiene casi asegurado el nombramiento de jueces federales afines en todo el país; y tiene poder de veto, impidiendo la destitución de cualquier juez federal amigo; por ejemplo el que archivó la causa donde se había acreditado la "desaparición" de cientos de millones de dólares del pueblo santacruceño. Con este último golpe, la Argentina pasó a ser una ex República.
El "país en serio" tiene una nueva forma de gobierno: la "demoKKcracia" -se pronuncia como se lee-; es decir: a nivel nacional, el poder ejecutivo en manos de don K, el legislativo en manos de doña K, y el judicial, más la vida y fortuna de los argentinos, en las manos del matrimonio KK… Mientras tanto se siguen asesinando inocentes; el último es Jorge Sayago, valiente policía de la provincia de Santa Cruz.